Este género de muñecas se distinguen por unas características muy peculiares: peso corporal y distribución, postura que pide el abrazo, cuello flexible, rasgos faciales y en las últimas versiones de grande tamaño incorporan bolsillos secretos que pueden contener perfumes o dispositivos pequeños que imitan los latidos del corazón.

Creadas por su hijo con problemas de autismo las muñecas Joyks de la psicoterapeuta sueca Egedius Britt Marie Jakobsson hoy se siguen utilizando con fines terapéuticos experimental (Empathy Therapy Doll), tanto con los niños para tratar la agitación, la ansiedad, apatía, trastornos del sueño, irritabilidad, depresión, etc, como con las personas mayores en trastornos como la demencia y alzheimer.